1920 - Audio Cuento

El video que les presento, lo he intentado ambientar al año 1920.
Es consecuencia de una idea que nació cuando participaba en una iniciativa en vivo en el programa días Ecencyales conducido por @joalheal en el canal de Ecency de Discord.

Viendo que lo poco que mostré en esa oportunidad fue bien recibida, decidí escribir el cuento completo y al final también quise compartirlo en video, esperando que sea del agrado de todos.

A continuación la versión escrita:

Era una tarde de abril de 1920, el sol brillaba intensamente en el cielo y el calor era insoportable.

Juan y María, una joven pareja de enamorados, se encontraban en un viaje por carretera en su flamante Ford Modelo T, disfrutando del paisaje rural mientras se dirigían a la ciudad de Caracas.

María estaba impresionada por el nuevo auto de su amado. También le llamaba la atención y con pavor, la alta velocidad en que iban y la cantidad de polvo que se esparcía detrás del vehículo.
De repente, el vehículo comenzó a tambalearse y el sonido de un neumático desinflándose llenó el ambiente.

Juan frenó bruscamente y se detuvieron a un lado de la carretera.

María estaba preocupada, pero Juan, que era un mecánico experimentado, le dijo que se tranquilizara y se dirigió a la parte posterior del vehículo.

Buscó el repuesto, y comenzó a llorar; las herramientas no estaban.

Mientras tanto, un extraño objeto apareció en el cielo.
Era un ovni que se acercaba cada vez más a ellos. Juan y María se quedaron boquiabiertos al verlo.

Pero lo que no se habían dado cuenta, era que el ovni había estado perdiendo tornillos y piezas en su reconocimiento del sector y uno de los tornillos cayó justamente en el camino del Ford T, causando la espichada.

De repente el ovni se detuvo frente a ellos, Juan dejo de verraquear y María comenzó a gaguear por los nervios.

De la imponente nave, que se veía algo destartalada, salió una figura de gran tamaño, de cabeza estrambótica, de piel color uva, sin boca y con unos ojos brotados como los de un chivo chupando tamarindo.

Juan y María estaban congelados por la impresión, sus párpados ni se movían, e incluso, parecían no respirar.

Después de un par de minutos de silencio y de inamovilidad, el ser se disculpó por la espichada.

Les explicó que había perdido varias partes de su nave después de tomar combustible en un sector del planeta llamado Maracaibo.

El ser había deducido que el combustible que había tomado estaba contaminado y eso, afectó los motores de la nave, creando que esta volara de forma errática y haciendo que las piezas se despegaran cayendo a tierra.

Juan y María seguían como estatuas de la antigua Grecia.

El hombre uva, siguió hablando sin tener boca y les pidió que lo disculparan porque una de sus piezas había creado la espichada al Ford.
En ese momento Juan reaccionó con disgusto, reclamándole al cabezón que no se podía estar viajando por allí lanzando trozos para perjudicar a la gente de bien.

La actitud de Juan era para quedar bien con María, para tapar su descuido, por no cargar las herramientas.

El extraterrestre inclinó su cabeza en demostración de arrepentimiento.

De inmediato Juan le preguntó:

-A ver, ¿tienes alguna herramienta para que yo pueda colocar el neumático de repuesto a mi vehículo?

-Preguntó Juan

El larguirucho le respondió con una rotunda negativa. Además, expresó que él había aterrizado para pedir prestada una llave, ajustar su nave y volver a su planeta. A él, también se la habían olvidado, las herramientas.

-Entonces, estamos jodidos. –Exclamó Juan.

María, al escuchar las palabras de Juan y el uvita, agarró su cartera y de inmediato comenzó a caminar rumbo a Caracas y de su boca salió una cantidad de barbaridades que aquí no voy a repetir.

Juan y su nuevo amigo se sentaron a llorar.