UNA VISITA EN NAVIDAD

UNA VISITA EN NAVIDAD

En una hallaca, envueltico,
estaba el niño Jesús,
la niña que lo encontró
lo sacó con prontitud.

Menos mal que fue la niña
la que recibió esa hallaca,
pues si le ha tocado al padre
le clava el diente y lo estaca.

El niño Jesús lloraba
como lloran los pequeños
al sentir que quien los mira
no es ninguno de sus dueños.

Se lo entregan a la madre
quien de inmediato lo atiende
y enseguida saca el pecho
para que el niño meriende.

¿Nos lo podemos quedar?
Dice la niña, contenta,
yo voy a jugar con él
y prometo estar atenta.

¡Anda!, ¡mamá!, di que sí,
papá quería un varoncito
y ahora que Dios lo trajo
lo haremos nuestro hermanito.

La mamá mira al esposo
que no sabe qué decir,
¡que ha parado de comer
porque se siente feliz!

También el abuelo opina
que se queden con Jesús,
que si apareció en la hallaca
es señal de gratitud.

Al que no le preguntaron
fue al hermanito menor
porque ya estaba celoso
de quien chupaba su flor.

La madre quería también
criar con su amor a Jesús;
sus ojitos se le aguaron
por tan linda beatitud.

Pero madre solo hay una
y justo ella lo era,
y al mirar al niños Dios,
habló tierna y muy sincera.

Hay que entregar a Jesús
a los brazos de su madre;
María debe estar muy triste,
lo mismito que su padre.

Tomó la niña al pequeño
y lo regresó a la hallaca,
le puso un beso en los pies
y en la mano una maraca.

Vino en un burro su padre
y llevó al niño a su casa;
la niña quedó contenta
y con los suyos se abraza.

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Jesús Pérez Soto
Imagen editada en Power Point
Niño Jesús
Hallaca
Fondo navideño