Hablemos de esta espectacular pieza musical, perteneciente al maestro Ben E. King, el cual además compuso junto a Jerry Leiber y Mike Stoller, con ciertos aires de música golspell, una de las causas por las que me gusta tanto, pues este tipo de música es un canto del alma, nos enseña cosas bonitas, nos llenan de espiritualidad, nos acerca a Dios nuestro creador y nos conectan con la libertad y el amor.

Lanzada en el año 1961, no pierde vigencia, pues, las letras que encierran esta canción, nos muestra que debemos ser fuertes, resistentes a la adversidad, que no perdamos la fe, Dios siempre estará con nosotros, por más difícil que veamos las cosas, siempre acudirá en nuestro auxilio.

Cada lágrima que derrames será compensada con sonrisas y felicidad, de eso no tengas duda. Por favor, jamás pierdas la fe, quédate conmigo.

Si hablamos de la melodía, es inevitable bailar, el mismo espíritu hará que te muevas y sonrías, te invita a soñar, te conectas definitivamente contigo mismo.

Esta canción puede simbolizar muchas cosas, desde el amor de una madre a un hijo, el valor de la hermandad y amistad, de la compasión y el amor de Dios para con nosotros, el significado que sea, aquél que llene tu alma de vibraciones bonitas. Para mí lo puede encerrar todo.

Te traigo un mensaje de esperanza...

Por favor: Quédate conmigo.