La verdad, que han pasado muchísimas cosas y hemos logrado completar muchos Backrooms llegados al capítulo de hoy. Pero creo que nunca había visto criaturas que me dieran tantos asco como las polillas que se encuentran en este lugar. Al parecer, las mismas solamente pueden percibir los movimientos bruscos y la luz, por lo que el sigilo es crucial para lograr completar este nivel.

Es importante tener en cuenta, que las polillas se encuentran en zonas donde aumentan las temperaturas, es más nada más al comenzar el nivel te dan un dispositivo que te permite ver justamente a cuantos grados se encuentra cada una de las salas de este laberinto.

Como cada nuevo nivel en este juego, lo único esperable es que las cosas vayan empeorando. Aquí nos encontramos en un lugar, infestados de payasos asesinos, los cuales pueden detectarte por medio de su vista del sonido, aunque en el caso de este, pues hay una música infantil sonando en todo el lugar a máximo volumen, por lo que solamente te escucharán si sales corriendo. Lo cual justamente sucedió con el pobre José, que explotó antes de esconderse debajo de la mesa conmigo. Lamentablemente, murió explotando en sangre jajajaja.

¿Se dieron cuenta de que todos los niveles de alguna manera están conectados con la audición? Ese monstruo tan tétrico y horrible, es literalmente el cuidador de esta especie de biblioteca, donde tenemos que recoger diferentes casetes, para poder de esa manera desbloquear la salida del lugar. Lo bueno es que existe la posibilidad de hacer sonar alarmas anti incendios o coordinar junto a tus amigos, para hacer ruido del otro lado del lugar y de esa manera, ir recogiendo todos los objetos hasta escapar. Aunque si cabe aclarar, que da muchísimo miedo que mientras pasa por al lado tuyo ese monstruo, se escuche "Shhhhh" acompañado de sus movimientos tan feos. Un nivel bastante sufrido y oscuro.