Vivir en un país con altos índices delincuenciales es, al menos para mí, un auténtico desafío. En ocasiones esto pasa desapercibido, siempre digo: nada es malo hasta que te pasa. En esta ocasión les cuento el relato de la primera vez en la que me robaron un teléfono celular. Es extraño que uno pueda contar estas cosas, pero de seguro no soy el único al que esto le ha pasado, jajaja. Solo puedo decir que, una vez que pasa ya nada vuelve a ser igual… ¡tontos malhechores!

Hay una anécdota muy interesante detrás del suceso, por supuesto, y algo que me hizo pensar que nunca sería víctima de la delincuencia. Los invito a descubrirla en este nuevo storytelling.

¡No se lo pierdan!

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