Al rato de comer juntos en familia, aunque algunos ya habían comido, siguieron las fotos para el recuerdo, en minutos ya estábamos en la cuenta regresiva, el año nuevo llegó, entre fuegos artificiales, abrazos, risas, feliz año por aquí, feliz año por allá.

Sacamos las maletas, teníamos dinero en mano, será que este año si viajamos, por lo menos fuera de la ciudad, je, je, je. Salimos a dar feliz año a la otra calle, luego empezamos a prender estrellitas, los niños contentos con los fuegos artificiales, mientras tanto daba gracias a Dios por un año más, que esperamos sea extraordinario y lleno de cosas buenas.

Los niños duraron hasta tarde despiertos, cuando por fin Ámbar se durmió, salimos hacia la otra calle que había fiesta, en pleno camino cayó un palo de agua, por lo que nos tuvimos que quedar debajo del techo del frente de una casa, por su puesto yo me había metido una bolsa porque había tiempo de lluvia.