El segundo episodio se desarrolla en Nebrath, donde ocurre el festival.

Una vez que me desmayo, se me van los tiempos y por un momento me digo a mí mismo: “Otra vez el devorador este, ¿qué pretenderá con todo esto?” y caigo desvanecido en el suelo.

Al despertarme, abro los ojos y siento un peso sobre mi cuerpo.

El mocho está sobre mí y de inmediato le grito: “¡Quítate encima de mí, ¿qué estás haciendo?, ¡fuera de aquí!”.

Él me responde que simplemente está cuidándome para que no me roben o pase algo…yo le veo con desconfianza y por un lado detesto sentirme vigilado, pero por otro asimilo que es muy bueno el tener un guardaespaldas de gratis, así que lo tomo como algo positivo.

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Luego de deliberar hacia dónde debo ir por unos segundos y revisar que mis pertenencias, mis monedas de oro y mi cuervo están conmigo, decido que lo mejor es acercarme a la plaza central de Nebrath, en donde voy a poder conseguir mejor información acerca de todo, y siempre teniendo en mente que mi más inmediata prioridad es encontrar una taberna donde poder hospedarme hasta mañana para de vuelta escoltar al noble a la ciudad.

Así que emprendo mi camino hacia el centro del reino, encontrándome allí con un guardia que me pide identificación para poder pasar, se la muestro y conversamos, hasta enterarme de que resulta ser como la persona a cargo del ejército real, con quien converso y me dice que se llama Daneal. Él me cuenta acerca de que este es un lugar tranquilo, que se mantiene el orden gracias a ellos.

Le digo que me parece muy bueno eso, y a la vez le comento que el mocho me está siguiendo, así que él va y le pide papeles, informándome de que en caso de que ese personaje me moleste, puedo informarle y él enseguida tomará las acciones pertinentes para protegerme, lo cual pone una sonrisa en mi cara.

Decido no hacerle nada, porque pienso que me conviene mejor tener un aliado en estos momentos, así que no le pido que lo perjudique o algo en contra él, y Daneal me reitera que está a la orden por cualquier irregularidad que yo tenga.

Le pregunto acerca del festival y me informa de la ruta, de la especie de procesión que realizan desde la plaza central al palacio y luego le agradezco y le pregunto por dónde queda la taberna más importante del lugar, para hospedarme.

Me indica y seguidamente me dirijo hasta allá para observar el ambiente y encontrar alojamiento para Mr. C y yo.

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La taberna queda a unas 4 o 5 cuadras de donde estoy y mientras voy caminando observo todas las construcciones en la ciudad, estoy en el barrio elegante, las casas son de piedra, muy bien construidas y evidentemente lujosas para lo que es este reino. Aquí viven los nobles y la gente de dinero.

Al llegar a la taberna, veo caballos apostados con unas personas encargadas de cuidarlos, que son como el equivalente de lo que es un valet parking en nuestro mundo real. En la puerta hay un hombre fornido, vestido elegantemente con un smoking, que me da la bienvenida y me informa de la cuota de admisión, que son unas pocas monedas, además me explica todos los servicios que se ofrecen y el precio de las habitaciones.

Decido optar por un combo que incluye la comida, una bebida que se llama Vino de Norra y la asistencia al evento principal, que es una especie de tour, pero no incluye el hospedaje, así que pago mi estancia por 1 día para luego regresarme mañana a las 5 de la tarde a escoltar de regreso al noble a Nymre. Le entrego las monedas y me abre la puerta invitándome a entrar.

Tomo a mi cuervo en su jaula y paso

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Al entrar veo una taberna muy hermosa, de unos 3 niveles, muy grande, con una gran barra y muchas personas en las mesas bebiendo y comiendo, el ambiente es espectacular y muy agradable, se respira alegría en el lugar, definitivamente hay un aire festivo.

Estando en el sitio me voy a la barra, le pido un jugo al tabernero y le pido que me facilite algún recipiente para poder darle de beber agua a mi cuervo, a quien le tengo un gran aprecio, por mi empatía con los animales siempre ando pendiente de él, porque más que una criatura, lo considero como mi acompañante amigo.

El tabernero me da una tapa como de metal, llena de agua y seguidamente me indica que puedo ir a la escalera para dirigirme a mi habitación.

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Al llegar al pie de la escalera, me recibe una señorita elegantemente vestida con smoking, quien me da mi llave y me dice que me acompañará a mi habitación.

Le pregunto su nombre y me dice que es “Patricia”, conversamos un rato y luego de varias indirectas y picardías de ambas partes, me cuenta que es malabarista y me sonríe.

Entiendo o sospecho que lo más probable es que sea una ladrona de alta monta y me siento a gusto con la idea, por la que me propongo ser su amigo como punto de partida, más adelante quién sabe…

Me guía a mi habitación en el 3er piso, y al pasar por el 1er piso veo a mucha más gente de mejor posición y vestimentas más elegantes, de inmediato sé que se trata de las habitaciones más elegantes y con mejores servicios, la sección VIP de la taberna.

Llego a mi cuarto, me instalo, dejo al cuervo en la habitación, le pongo el agua y una manzana cortada en pedazos que compré antes en la plaza central y me regreso a la planta baja de la taberna.

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Llegan los bardos, el ambiente se pone más festivo.

Yo me pongo a mirar todas las personas en el lugar, tratando de encontrar a alguien que me llame la atención, y entre las mesas veo a 3 hombres elegantes con smoking, bebiendo y conversando alegremente, pero no logro saber más de ellos, así que asumo que son unos adinerados más del lugar sin nada especial.

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Y después de unas cuantas canciones y animar todo el lugar, se disponen a iniciar la procesión, así que ya yo luego de probar un delicioso jamón y un rico jugo de frutas, los acompaño.

Durante el camino me uno a Patricia y converso un rato con ella, me cuenta acerca del dueño de la taberna y su hijo, el tiempo que lleva trabajando allí y cómo son las actividades en el pueblo.

Es muy amable y me sonríe, por lo que comienzo a asumir que le agrada mi presencia. Me reitera en varias ocasiones que no dude en preguntarle porque cualquier cosa que necesite, que está a mi servicio.

Llegamos al sitio de destino de la procesión, y me llama la atención los malabaristas en el centro de la plaza, la gente muy animada y contenta mirándolos, y en seguida le pregunto a Patricia si ella sabe hacer eso, y me dice que sí, la invito entonces a que me dé un show privado en la taberna, y muy respetuosamente y guiñándome un ojo, me dice que ella no da shows privados, pero que sí le gustaría bailar conmigo al ritmo de la música.

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Estoy muy animado y me dispongo a ir al centro del baile para bailar con ella. Cuando de repente, veo cómo tres sujetos con túnicas amarilla, roja y azul se hacen presentes en la multitud.

Dicen unas palabras, el cielo comienza a tornarse de colores, el ambiente se vuelve mágico y toda la gente, incluyéndome, parece embelesada mirando al cielo.

No estoy seguro de si esto es parte del espectáculo, pero así parece. Esos individuos con el rostro cubierto parecen ser magos, o eso es lo que yo creo.

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Y mientras está pasando todo esto, escucho la voz susurrándome nuevamente en mi mente, que me dice: ‘Has asistido a la ceremonia, los multicolor ya están aquí y estás presenciando la ceremonia de mi ascensión con los dioses’.

Justo cuando iba a bailar con Patricia, me ocurre todo esto y entonces siento otra vez un mareo, se me oscurece todo y caigo desmayado en el suelo.

FIN DEL SEGUNDO EPISODIO