Ante el aislamiento y distanciamiento social por el Corona Virus, hay cotidianidades que se vuelven importantes, en especial cuando dejan de ser habituales y ya no se suscitan.

En ese caso, pongo como ejemplo de ello a aquellos atardeceres donde los acuarelas formaron una obra de arte en el cielo, donde la escena se vistió de prisma colores y el aliento subió a las nirvanas solo para darte una bocana de aquel espectáculo del horizonte.

Hoy comparto estas fotos de un atardecer particular que no he visto emerger más desde hace varios meses.

Fue uno de esos en el que, incluso, levanté a mi padre cuando ya no podía caminar en sus últimos días de vida, lo cargué junto con mi hermano y le dije que lo viera, sinceramente me pareció espectacular y no lo quería para mi solo.

Estas fotos me recordaron a un post que titulé Prisioneros del Mundo dedicado a esta encerrona que estamos viviendo en pandemia y que hoy leo con el video que capturé ese día con mi teléfono celular.

En principio, había decidido hacer el post solo con las fotos, pero agregaré el video a 3speak para acompañar a ese sentimiento antagónico de lo que ha causado el Covid-19.

Nos Leemos Pronto