Saludos Comunidad, es la primera vez que participo en las iniciativas de #ZonadeEscalofrio, para participar, lo que hice fue realizar un cuento que me sirviera de base para el concurso y me basé en el tema de Frankenstein, ya que me gustó la presentación del concurso.

Después decidí hacer un podcast con el cuento que escribí y presentarlo en el formato de Audiocuentos.

Sin embargo se me presentaron un par de problemas técnicos, con la realización del podcast, y el más frustrante de ellos fue el de no poder usar mi voz, debido a que el micrófono estaba generando un ruido extraño. Por tal motivo, utilicé una IA para grabar la voz, pero lo cierto es que estos programas, no ponen en la voz el sentimiento que uno desea transmitir al plantear una idea o una emoción, pero hasta que no resuelva lo del micrófono, no puedo hacer más nada.

El segundo, punto técnico, fue el de la traducción, ya que tuve que hacer los subtítulos párrafo a párrafo, debido a que cuando se hacen de manera automática, se pierde mucho en la traducción y no se publican algunas palabras de forma adecuada y en lo personal, creo que lo mejor es hacer las cosas bien y con calidad.

En cuanto a las imágenes y videos, que utilicé para el podcast, los mismos fueron tomados de plataformas como Pexels, Pixabay y Youtube, donde se pueden conseguir imágenes y videos sin derechos de autor, que sirven para la generación de contenido.

Finalmente, estoy esperando comprar un micrófono, para poder hacer los audiocuentos con mi voz. Mis mejores deseos para todos y espero este audiocuento, sea de su agrado.

Abajo coloco el cuento, para que pueda ser leído si lo desean.

Mis mejores deseos a todos los participantes y en lo personal, muy contento de participar en esta iniciativa.

En una noche oscura y tormentosa, Mary Shelley, la renombrada escritora y autora de "Frankenstein", yacía con temor e inquieta en su cama.

A pesar de su fama en el mundo, debido a su creación de Frankenstein, en la literatura de terror, la autora tenía una angustia que la atormentaba a diario.

Ya que en sus sueños, el monstruo que ella había creado, el mismo Frankenstein, la visitaba con una inusual y desesperada solicitud: él quería y necesitaba estar con su creadora.

Los sueños de Mary Shelley eran constantes y aterradores, llenos de pesadillas donde Frankenstein, acompañado de una macabra mascota creada por él, para no estar ya solo, la seguían.

Esa Criatura era un perro, hecho a partir de partes corporales de otros perros, que el monstruo había matado en su camino, mientras él, la perseguía por un oscuro bosque, en sus sueños.
El perro, deformado y malhumorado, daba miedo incluso en la imaginación de escritora de terror, debido a lo terriblemente feo y violento que era.

Juntos, el monstruo y su espeluznante compañero de cuatro patas, destruían todo lo que encontraban a su paso para buscar y encontrar a Mary Shelley, en sus pesadillas.

Para ella era terrible, ya que en esos sueños y pesadillas, ella había visto morir a cada uno de sus amigos y familiares, quienes habían caído ante la furia del monstruo, al tratar de defenderla.

Un monstruo, que ella misma había creado y que tanta fama le ha dado, lo que atormentaba mucho más, el espíritu de la escritora.

Una noche, Mary Shelley se despertó de una pesadilla, sudando y llena de pánico.

Ella, Encendió una lámpara junto a su cama y, para su horror, vio la sombra de un hombre y un perro deformados. Vio como la sombra del hombre, estaba extendiendo una mano hacia ella, en un intento de tocarla, lo que le parecía aterrador.

En medio de una crisis de pánico, con las sábanas tomadas con fuerza temblorosa a la altura de su cuello, ella, apenas podía respirar, pero cuando tuvo un mínimo de control de sí misma, gritó y lo hizo con mucha fuerza y de una manera tan desgarradora, que su grito de terror fue tan fuerte y devastador, que hizo que todos los habitantes de la casa corrieran a su habitación, llenos de angustia para ayudarla.

Después de que sus parientes vieran que el enorme grito, fue parte de una pesadilla, se tranquilizaron y después de atenderla, se fueron retirando de la habitación; quedándose con Mary Shelley, solamente su prima Susana.

Que era una de sus mejores amigas y una de las personas con las que compartía sus pensamientos e ideas antes de plasmarlas en papel.

Ella le contó a Susana, sus sueños y su último incidente de esa noche, al recordarlo, el miedo volvió a ella y entre sollozos y temblores, Mary Shelley relató, sus otros aterradores sueños a su prima.

Mientras le contaba sus pesadillas, Susana comenzó, a hacer algunas bromas sobre las muertes espantosas que Mary le relataba, de algunos de sus conocidos, en especial la de Juan, un conocido de ambas que estaba tratando de enamorar a Susana y, venía de fracaso, en fracaso, ante el desinterés de ella.

Ante estos juegos, ambas reían nerviosamente, tratando de alejar el miedo que se había apoderado de ellas.

Sin embargo, mientras se burlaban de sus propios temores, las dos mujeres vieron una sombra en la habitación que parecía formar la figura de un hombre y un perro deformado. El miedo las invadió de nuevo, y juntas se refugiaron bajo las mantas, temblando de temor.

Ellas sentían como el terror las abrazaba, sin darles un minuto de descanso, sentían la respiración del perro y el jadeo del monstruo, y así comprendieron que los horrores de la obra de Frankenstein, por Mary Shelley creada, habían cobrado vida y estaban decididos a perseguirlas en la vida real.

La noche se volvió para ellas más inquietante y angustiante, mientras las sombras parecían moverse a su alrededor, y los susurros extraños, de esos seres por ella creados, se hacían permanentes y llenaban la habitación.

Esto hizo, que las dos mujeres se abrazaran y pidieran a Dios el fin de la pesadilla, que estaban viviendo, rogando una tras otra por la llegada de la luz del día, para que así ella las liberará de las sombras y pesadillas que amenazaban sus vidas.

Mary Shelley, la maestra del terror en sus historias, ahora estaba atrapada en su propia pesadilla, enfrentando a su creación, que se había convertido en una pesadilla viviente, que buscaba a su creadora, para obtener venganza en el mundo real.